Sinopsis

"Mirandolina regenta una posada, y por sus gracias y su ingenio gana, incluso sin quererlo, el corazón de todos los que se alojan en su casa.
De tres extranjeros que se alojan en su posada, hay dos que están enamorados de la bella hospedera, pero el caballero... siendo incapaz de tener apego a las mujeres, la trata groseramente y se ríe de sus camaradas."


Así hablaba Goldoni, en sus Memorias, de su obra La posadera





Mirandolina es constantemente cortejada por cada hombre que pasa por su posada, y de una forma muy particular por el marqués de Forlipópoli, un aristocrático que no posee otra cosa más que su título nobiliario, y por el conde de Albaflorida, un mercader que debido a su éxito en los negocios ha pasado a formar parte de la nobleza. Los dos personajes representan los extremos de la alta sociedad veneciana de aquel tiempo. El marqués, sosteniéndose en su honor, está convencido que basta su protección para conquistar el corazón de una mujer. Por el contrario, el conde, cree que así como ha comprado el título nobiliario, puede ganar el amor de Mirandolina, dándole numerosos regalos. La astuta dueña de la posada, como buena comerciante, no se deja llevar por ninguno de los dos hombres, dejando la esperanza de una posible conquista y sacando provecho de la situación.

La llegada del caballero de Rocatallada, un alto aristocrático y un misógino, que desprecia toda mujer, rompe el equilibrio instaurado en la hostería. El caballero, por su origen noble, se lamenta del servicio de la hostería, da órdenes a Mirandolina y critica al marqués y al conde por rebajarse a cortejar a una mujer común.
Para Mirandolina, aferrada a su orgullo femenino y no estando habituada a ser tratada como una sierva, supone todo un reto y un divertimento conseguir que el caballero se enamore de ella...